domingo, 18 de marzo de 2012

Aunque todo salga mal...

Es muy domingo a la noche. Imposible ver las cosas positivas. Después de un finde bastante malo, como todos en realidad, sigue saliendome todo mal.

¿Por qué las cosas no pueden ser más sencillas? ¿Por qué siempre tiene que salirme todo al revés? Desde la cosa más pequeña hasta los grandes sueños de mi vida, nada, absolutamente nada, sale bien. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque elegí mal cada vez que tuve que decidir. Desde algo tan pequeño como caminar hacia un lado o hacia el otro hasta algo tan grande como elegir con quién vivir tu vida o que carrera estudiar.

Mi vida se trata de eso, de lucharla todos los días para superar el fracaso del día anterior, de pelear para reacomodar mi vida sobre las ruinas de la anterior, de comerme una y otra vez mis palabras porque la vida me llevó por lugares donde creí que no iba a ir nunca, de adaptarme al desastre que soy, a mi torpeza, a mi locura, a mi rareza, a lo que soy que no le gusta a los demás y a lo que soy y no me gusta a mí. Así se pasan mis días, siendo lo que no quiero ser, tratando de hacer las cosas bien, pero siempre me salen mal. Siempre. Y cansa. Y duele.

Podría echarle la culpa al destino y tal vez estaría más en paz conmigo misma. Pero no creo en el destino. Creo que lo que somos no depende de algo escrito, sino de cada paso que damos, de cada decisión que tomamos, de lo que hacemos minuto a minuto, de las cosas que hacemos pensando y, sobre todo, de las que hacemos sin pensar. Hablar de destino es simplemente una forma de sacarnos culpas y responsabilidades, de buscar la paz que no tenemos, de cerrar los ojos y no hacernos cargo de lo que somos.

Soy lo que soy. Soy esta inútil que elige ir para la derecha cuando debía ir a la izquierda, que elige bajar cuando debe subir, que va hacia atrás cuando debería ir hacia adelante, que sueña con sueños que no van a ser más que eso. Y soy esta que tiene miedo. Miedo a que nunca sea diferente, a que siempre salga todo al revés. Y también soy la que todos los lunes cambia la cara e intenta vivir una vida feliz, aunque no sea la que soñé.

Hay días, como hoy, en que odio mi vida, me odio a mí, odio al mundo y no soporto estar viva. Pero tengo la seguridad de que mañana será diferente, que mañana no voy a sentir el nudo que me ahoga, que mañana voy a tener la fuerza de caminar sobre los escombros de hoy. Así pasan los días, luchando contra mi misma, intentando ser feliz aunque todo salga mal.

*Ita*