Pero cuando ya no podía caer más, no quedó otra opción más que empezar a subir. Y escalón tras escalón voy intentando volver a la cima. Hoy en mi vida hay tranquilidad y una rara sensación, la del corazón que vuelve a latir. El problema es que duele, siempre duele. El amor, cualquier intento de amor, en mi vida duele. ¿Será que el amor no correspondido es mi destino? ¿O será tal vez que todavía no es el momento de volver a querer?
Tal vez él no sea mi destino, tal vez eso no pueda nunca llegar a ser amor. Pero él despertó mi corazón. Lo que todavía no logro descifrar es si esta nueva sensación es buena o mala. Aparentemente, lo malo gana por varios goles de ventaja.
*Ita*