Me hizo esa pregunta y me quedé muda. Una lágrima rodó por mi mejilla. Y seguí sin palabras. ¿Quién sos? ¿Quién soy? ¿Qué te define? ¿Soy mi profesión? ¿Soy lo que me apasiona? ¿Soy lo que me da de comer o lo que me hace feliz? ¿Soy una palabra, una persona, un sueño? ¿Soy tal vez lo que no soy? Existo... ¿pero quién soy? Qué pregunta difícil... Podría decir que soy periodista, tal vez porque lo siento, porque tengo mi título en el cajón... Pero hoy estoy muy lejos de serlo. Podría ser diseñadora, porque es lo que me da de comer, pero no lo siento, no soy eso. Puedo ser esa que ama escribir pero que lo hace a escondidas porque le da verguenza. No es mi profesión, no es mi sostén económico, pero es lo que me apasiona y me mantiene viva. Puedo ser cada una de mis palabras, puedo ser yo, puedo ser el sueño de ser importante. Y puedo ser lo que no soy, puedo ser esa que se enconde, que sabe un poco de todo pero en realidad no sabe de nada, que necesita brillar pero todavía no descubrió para qué sirve, que quiere bailar y no se anima, que quiere gritar y no le sale la voz. Y a la hora de decir quien soy, todo eso que me ata gana la pulseada. Soy todo eso que no soy, soy todo lo que quiero ser y no me sale. Soy la timidez, la verguenza, el llanto. Soy la que está escondida y nadie conoce realmente. Soy esa que no habla, que no sabe como expresarse, que prefiere perder a hablar de si misma. Pero hoy, aunque sea sólo por hoy, quiero ser lo que me hace feliz. Soy la que nunca va a dejar de escribir, la que día a día va a tratar de ser un poco más libre a través de las letras. Soy a la que hacés feliz con un abrazo, soy la que sueña con hacerte feliz, soy la que habla a través de los ojos y no de la voz. Quizás soy esa, la mezcla imperfecta de todo. Soy un poco de alegría, otro poco de miedo, soy las ganas de ser feliz, la timidez que me paraliza y este amor que te tengo...
Qué dificil es expresar las sensaciones, qué difícil es ponerlas en palabras. No es fácil calmar tanto dolor. Hoy mi mente dice que te deje ir, que termine ya con esta historia, que la guarde en el baúl de los recuerdos felices y le de fin a nuestro amor. Sólo eso puede sacarme del pozo en el que estoy, ponerme nuevas metas, ya no recordarte cada segundo, dormir en paz con la vida y conmigo misma. Pero mi corazón no puede. Inevitablemente te espera cada día. Te sueño, te busco, te pienso, te lloro y me duele. Con palabras digo BASTA. Pero cada día me levanto esperando que esto sea una pesadilla que va a terminar. Espero que me extrañes, que algún día me necesites y me busques, que no me dejes caer. Y siempre estás. Y tus palabras me devuelven a la vida, me renuevan la esperanza... Pero sólo quedan en eso, esperanza. Y más dolor. Se necesita tiempo, ya lo sé. Pero cuando pienso en tiempo no me aparece el olvido, me aparece la ilusión. Para mí tiempo es pensar que el dolor de ambos se va a terminar y que vas a estar conmigo una vez más. Pero mi mente sabe que de esa forma nunca calmará mi corazón... Mente, cuerpo, alma... Todos tienen distintas sensaciones pero ninguno está a salvo del dolor. Tengo el corazón herido, el alma devastada, mi mente trata de sanarlos, mi cuerpo no da más... Resisto, sobrevivo, a la fuerza me levanto, sin sueños me duermo, sin paz me despierto, la tristeza me invade y me mata a cada segundo. Necesito un abrazo más... Necesito una vida con vos... Necesito paz con o sin vos... Necesito ya no soñarte... Necesito despertarme un día y que estés a mi lado o fuera de mi corazón... Que ganen las esperanzas o que gane el olvido que necesita mi mente, pero que el dolor se apague. No puedo más así, muero cada día un poco más...
Se retira Juampi. Esa noticia me llegó al alma. Mi ídolo del fútbol, mi ídolo desde siempre. Por esas cosas de la vida, jamás pude verlo jugar en una cancha, nunca se dio. Tenía la esperanza que se retirara en el River de mis amores, o tal vez en Argentinos, en cualquier lugar donde pudiera verlo aunque sea una sola vez. Hoy la sensación es amarga, es dolorosa, es saber que mi ídolo se va del fútbol y yo jamás pude alentarlo. Que nunca verá la bandera que soñaba hacerle cuando volviera a Argentina, que el sueño de verlo de cerca no será jamás. Ojalá algún día la vida me permita cruzarlo y así poder decirle gracias por tanto fútbol, por tanta alma. Suerte Juampi, suerte en tu nueva vida. Te voy a extrañar... Con el retiro de Juampi, mi sueño quedará sólo en eso, un sueño, el sueño que no será, nunca será.
Hoy se retira Juan Pablo Sorín después de 15 años de carrera. Su partido de despedida será entre el club que lo vio nacer, Argentinos Junior, y el del adiós, Cruzeiro de Brasil. Fiel a su estilo, el encuentro será a beneficio de los más necesitados. Quienes concurran, deberán llevar alimentos que serán donados.
Quien sabe, tal vez en algún momento se pueda organizar algo en Argentina, entre Argentinos y el club que lo vio brillar, River. De esa forma, los argentinos podríamos despedirlo y agradecerle por tanta garra, por tanta alma, por tanto fútbol, por tanto amor a la camiseta de la selección. Y sino, ya llegará el momento de volver a verlo, tal vez como técnico, por que no.
Además jugó con la selección argentina dos Mundiales, Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, en este último fue capitán del equipo. También disputó la Copa América 1999 y la edición del 2004 donde fue subcampeón. En 1995 ganó el Mundial Sub 20. Juampi era capitán del equipo.
Por 3 semanas no llegamos a los 5 años juntos. Hoy sería nuestro Aniversario... Me hacés falta. Me cuesta esta vida si no estás. Me cuesta todo si no estás. Hoy, como tantos otros días, me duele el alma. Necesito tu amor. Me siento perdida en este mundo, no me encuentro. Todo duele. Te extraño vida, más que nunca.
Creo que nadie nunca se dio cuenta. Eso demuestra lo poco que la gente me presta atención. Mirandome a los ojos cualquiera puede darse cuenta que estoy triste. Pero hay otra forma más fácil. Siempre busco refugio en el mismo lugar. Cada día que algo duele, cada vez que algo me inquieta, me asusta o me perturba, siempre corro en la misma dirección. Los escucho cantar. Es raro que los escuche cuando estoy bien, porque en general busco otros rumbos. Ellos son mi refugio cuando el corazón no da más. A ellos los busco cuando necesito esperanzas. Hace casi 15 años que voy hacia ellos cuando el dolor no me deja pensar, cuando la desesperanza me ataca, cuando siento que ya nada vale. Son ellos los que siempre tienen una canción justa para explicar lo que siento y otra para dar vuelta la historia. Hoy más que nunca los busco, hoy cuando te extraño así me hacen falta, hoy cuando me estoy muriendo de amor son ellos los que me dan paz. ¿Y qué me importa que nadie lo entienda? ¿Y qué me importa que nadie se de cuenta? Me importa que están, que siempre están, que me salvan, me dan vida, que este poco de locura es lo que desde chica me revive en momentos difíciles. Tal vez si nunca hubiesen llegado mi historia sería distinta. Tal vez mejor, tal vez peor. De lo que estoy segura, es de que me faltaría esa magia, esa que días como hoy hace que esté viva, que de a ratos me ría. Hoy me muero de amor, hoy te amo más que nunca, hoy me hacés falta, hoy el dolor de no tenerte es enorme, hoy la esperanza de que vuelvas me lastima. Pero son ellos, los de siempre, los de la niñez, los de la adolescencia, los de hoy, los que alivian mi pena y me llenan de paz.
Es lo único que me puede salvar. La risa salva, pero cuando el dolor es tan profundo cuesta encontrarla. El amor salva, pero cuando es eso lo que te destruye, tampoco sirve. Los sueños salvan, pero cuando los más importantes se te escapan y se rompen, es difícil crear otros nuevos. La esperanza salva, pero a veces te deja atada, no te deja crecer, no te permite cambiar. Cuando todo lo demás falla, cuando duele tanto el pecho que cuesta respirar, es escribir lo único que me puede salvar. No hay fórmulas, no se puede dejar de sentir mañana, es imposible dormirte y levantarte al otro día con el corazón en blanco, vacío, dispuesto a volver a nacer sin dolor y sin rencor. Pero puedo escribir, puedo ponerle letras lo que me pasa, puedo gritar sin gritar, puedo llorar sin llorar, puedo decir que me duele sin decirlo, puedo descargar la angustia, puedo sacar de mí lo que me atormenta. Cuando todo está oscuro, es esto lo único que me va a salvar. Decir, contar, expresar. Lo que sea. Lo que siento, lo que pienso, lo que me llama la atención, lo que me rodea, lo que no. Cualquier cosa que me ayude, que me guste, que me haga libre. Eso es escribir, es libertad. La libertad de poder sacar de mí todo lo que me hace mal, la libertad de poder decir todo aquello que quiero y los demás no escuchan, eso que necesito decir pero cuesta, es gritar lo que quiero que todos se enteren, es hablar... Eso que tanto me cuesta, escribiendo siempre es fácil. Mi vida ya no es mi vida, es otra vida, una vida nueva que me cuesta, que no entiendo, que no sé como reconstruir. Mi amor ya no es mi amor. Mis sueños ya no pueden ser mis sueños. Y mi esperanza tiene que darle paso al final. El dolor hoy es muy grande, la tristeza me invade de una forma impensada, el cuerpo no responde a mis ganas de vivir, la mente está bloqueada, el corazón sangrando. Sólo decirlo, sólo escribirlo me va a salvar. Sólo escribir me va a dar las herramientas para calmar el vacío, para convivir con la ausencia. Sólo escribir me va a ayudar a convertir la ausencia en vida, en risa. La risa salva, es escribir lo que me va a llevar a encontrarla. Sólo esto me puede salvar. Sólo esto hoy me da paz.
Hay pocos días en que nacen estrellas en el mundo. Son contados los días en que el sol brilla con más luz para recibirlas.
Nadie lo sabe porque se visten de personas comunes. Pero a medida que el tiempo pasa te das cuenta que tienen un resplandor especial, una fuerza inusual, un talento enorme. Van creciendo y aprendiendo a no esconderse detrás de su luz. Cuando el eclipse se termina, surgen más grandes y más bellos que nunca, mostrando su poder.
Debe ser por eso que le gustan las estrellas, porque es una de ellas, porque son su familia, porque brilla como ellas. A veces siente que queda detrás de las nubes pero por suerte está aprendiendo que después de un día oscuro sale el sol y las estrellas recuperan luego su lugar. Así es ella, generosa, con una capacidad grandiosa para crear, para brillar, para adaptarse a las buenas y a las malas, a las cosas raras, a las no tan raras, a este mundo que cambia y la hace cambiar. O ser la de siempre pero distinta. O distinta pero con el corazón de siempre. Hay pocas posibilidades en la vida de que te toque tener una estrella tan cerca. Yo tengo el gran orgullo de tenerla como amiga, una de las más especiales, la más grande y más brillante. Las estrellas son impactantes por sí mismas, te llenan con su belleza, con su esplendor, con su grandeza. Y te llenan por lo que pueden trasmitirte, por la paz, por los sueños, por las ganas de seguir adelante, por la luz que le ponen a la vida cuando todo está oscuro. Son estrellas por su inteligencia, su lucidez, su habilidad, son estrellas porque tienen la capacidad de brindar luz a la humanidad y amor a quienes los rodean. Hace 24 años nació una gran estrella, la que por suerte tengo cerca (aunque a veces esté lejos). Ella brilla, siempre brilla, cada día más, cada día con más fuerza. Estuvo durante años disfrazada de persona común, pero hoy cualquiera puede darse cuenta que ella no es uno de nosotros, es mucho más, es brillante, es distinta. Y es mi amiga.
Vacía. Así me siento, así se siente mi casa sin su música. En días donde las cosas no andan bien, cuando escribir ya no me sale, ahí es cuando más te extraño. Pero esta es una soledad distinta a otras. Es soledad en compañía, es sentirte más cerca que nunca aunque no estés al lado mío. No es dolor, es puro amor. En esta soledad me acompaña tu recuerdo, tus palabras a lo lejos, aquel te amo y ese te necesito dicho en una larga noche de amor. En esta soledad me acompañás vos, como siempre, como cada día desde hace ya muchos años. A la distancia también se sobrevive, no alcanza para separarnos, si no lo hizo una vez, menos lo va a hacer ahora. Pero hoy necesito tu abrazo, hoy este vacío es enorme. Me hace falta tu amor...
¿Somos masoquistas? ¿Realmente nos gusta sufrir? Llegué a esta interrogación después de una larga reflexión ¿Es difícil ser felices o somos tan cobardes en no permitirnos llegar a esa felicidad que todos buscamos como el santo grial? Entiendo que es muy difícil llegar a la plenitud total (como yo llamo a la felicidad), todavía no conozco a nadie que lo haya logrado, pero muchos no hacen el intento de alcanzarla, ni siquiera aproximarse a algo realmente parecido. Llegué a dos conclusiones mas o menos aproximadas. La primera es que es por miedo a que esa cosa llamada “felicidad” huya o se escape rápidamente. O bien que en definitiva somos masoquistas y nos gusta sufrir. Es por la segunda conclusión que me inclino más hoy, ya que conozco varias personas así y durante largas observaciones noté que son dignos casos de estudio. Ya sé que vivimos en un país donde cada día cuesta mas sonreír, pero creo que no todo es un cielo negro cubierto por la tormenta, sólo hay que saber observar. Todos andan corriendo (me incluyo a veces) y ven, pero nadie observa. ¿Tan mala puede ser la vida de uno? ¿Acaso sólo se compone de partes negativas? Sólo alcanza con ver la mochila de conflictos que lleva el de al lado para darse cuenta q no sólo no somos los únicos con problemas, sino que existen problemas aún peores que los nuestros. Todo tiene solución menos la muerte. La vida es un enredo de problemas que debemos desenredar y saber ovillar. ¿Pero por qué algunos se empeñan en enredarla más? Más allá de todo lo malo que pueda suceder tenemos que saber “observar” el mundo que nos rodea: la familia, los que la tenemos, y los que no, tienen amigos, y los que no tienen amigos tienen un mundo entero por descubrir. Siempre es bueno tener un oído amigo para descargarnos y contar nuestros problemas, pero también es bueno saber apreciar que ese oído quiere escuchar cosas buenas, porque la vida no sólo se compone de cosas malas. A mí sólo me basta con observar los ojos de mi sobrino o sentir el perfume de mis flores preferidas para darme cuenta que le tengo que agradecer a la vida o a ese ser divino (que algunos llaman Dios) por darme la oportunidad de detenerme en esas pequeñeces que me llenan el alma. ¿Qué más hace falta? Con el tiempo descubrí que el dinero no hace la felicidad, un par de zapatos puede calmar una angustia temporalmente, pero el problema sigue estando dentro nuestro. No nos rodea un mundo material, eso es efímero, lo que perdura es la esencia de cada cosa que vivimos. Hay que saber, o mejor dicho, aprender a apreciar cosas tan simples, como la presencia de alguien, un aroma, una simple canción o un instante. También debemos entender que no se puede tenerlo todo, lamentablemente la vida no es una película de Disney con final perfecto, la vida en si es imperfecta, nacimos para sufrir, pero debemos aprender (insisto) a no acostumbrarnos a sufrir, porque a largo plazo se hace permanente y luego nos alejamos de esas posibilidades que nos pueden llegar a hacer felices. Para concluir, una frase que resume lo que tan difícilmente me cuesta explicar: “Que las lágrimas que derramas por no ver el sol no te permiten ver las estrellas” (William Shakespeare) Estas estrellas existen, sólo hay que saber “observar”
Las veo y me doy cuenta que ya no somos nenas. A algunas las conocí cuando éramos un montón de pulgas corriendo por un mismo barrio, a las otras, cuando la adolescencia empezaba a asomar. Pasamos de todo, juegos infantiles y recuerdos imborrables, secretos, salidas, sueños, fracasos, ilusiones, nuevas vidas. Hoy las veo y se nota el tiempo que pasó. Tenemos 10, 15 años más pero seguimos siendo las mismas de siempre, con lo bueno y lo malo que eso implica. Pero sabiendo que la amistad sobrevivió a todo, hasta a la distancia, al silencio, a la duda, a la mentira, a la inseguridad. Las veo a ustedes y sus niños y descubro cuanto crecimos, cuanto crecieron. Los cuatro primeros fueron hijos de adolescentes inquietas, el que viene en estos días es hijo de una mujer. La veo a ella con su panza de nueve meses y pienso ya no es la adolescente que fue. Y la veo a ella, mi compañera de aventuras, tan feliz con un amor real. Crecimos... A veces cuesta crecer. Pero tenerlas cerca es una ayuda enorme en cada caída. Pero hoy es todo felicidad. Un nuevo bebé está por llegar. Es el primero que no tendrá mamá adolescente. Falta menos, esperaremos por él todos los días de esta semana. Gracias a ustedes por haberme dado 5 sobrinos maravillosos a los que amo completamente. Y gracias a ustedes por ser mis grandes amigas.
Hoy es el Día de la Mujer y quiero saludar a todas las mujeres importantes de mi vida. A las de mi familia, mamá y mi hermana, que día a día la pelean contra todo lo que les toca pasar, que lejos está de ser la vida soñada, pero que tienen la fuerza necesaria para mostrarme el camino hacia ser una persona mejor. A mis amigas, que son distintas a mi y así me enseñan a ver las cosas desde otra perspectiva. A las futuras mujeres que son mis dos sobrinas, a quienes amo y sueño con que tengan siempre esa alegría. Y a todas aquellas que no conozco, pero se levantan día a día a enfrentar el mundo, con sus cosas buenas y malas. Todas ustedes, mujeres, sabrán entender que el post de hoy se lo dedique a un hombre. Este post es para la persona que amo, porque nadie como él me hace sentir tan importante y tan mujer.
I Don't Want To Miss A Thing (No quiero perderme nada) Aerosmith
(En Castellano)
Podría permanecer despierto solo para oirte respirar
verte sonreir cuando estas durmiendo
cuando estas lejos soñando
podría pasar mi vida en esta dulce rendición
podría permanecer perdido en este momento para siempre
cada momento que paso contigo en un momento que aprecio
No quiero cerrar los ojos
no quiero quedarme dormido
porque te echaría de menos nena
y no quiero perderme nada
porque incluso cuando sueño contigo
ni incluso el sueño más dulce me valdría
todavía te echaria de menos
y no quiero perderme nada
tumbado a tu lado
sintiendo latir tu corazón
me pregunto en que sueñas
preguntandome si soy yo al que estas viendo
entonces te beso los ojos
y doy gracias a Dios de que estemos juntos
solo quiero estar contigo en este momento para siempre
para siempre jamás.
No quiero cerrar los ojos
no quiero quedarme dormido
porque te echaría de menos nena
y no quiero perderme nada
porque incluso cuando sueño contigo
ni incluso el sueño más dulce me valdría
todavía te echaria de menos
y no quiero perderme nada.
No quiero perderme una sonrisa
no quiero perderme un beso
solo quiero estar contigo
aqui contigo como ahora
solo quiero abrazarte fuerte
sentir tu corazón tan cerca del mío
y solo estar aquí en este momento para todo el resto del tiempo
Qué abandonado tengo mi mundo virtual! Y también el de verdad. Todos los días encuentro en la vida real cosas que me gustaría compartir, investigar, de las cuales opinar, pero el tiempo y los recursos me mantienen alejada del mundo. Estoy encerrada en una burbuja, tengo sed de noticias, de información, quiero ver más allá de mis narices y cuesta. Nunca pensé que fuera tan complicado. No leo, no veo, no escribo, no nada. Es por el tiempo y el dinero que me faltan, es por no tener internet ni tres pesos por día para comprar un diario que termina tirado a la basura por no tener tiempo de sentarme a leerlo. Me gustaba estar informada y poder informar, ya no puedo. Necesito salir...
Sigo metida en la desinformación, pero por lo menos pude conocer un Paraíso. Y por eso estoy acá hoy. San Carlos se llama y queda en Concordia, Provincia de Entre Ríos, en Argentina. Allá me fui de vacaciones hace una semana. En ese lugar se respira paz. Tiene un lago artificial precioso, muchísimo verde, las ruinas de un Castillo que invitan a soñar y el Monumento a El Principito, que permite recordar la infancia. Para quienes puedar ir, vayan. Quienes no, acá se los presento en fotos.