Se enoja fuerte y le brotan las lágrimas. Y minutos después entiende que no vale la pena y se va alejando despacio.
Ya no pide. Ni busca. Decidió no dar nada más.
Un día se sintió sola en el mundo y se dijo a si misma que si a nadie le importaba, sólo quedaba ella misma para quererse. Se secó las lágrimas y empezó su reconstrucción.
Es largo levantarse después de tantos golpes, no es fácil quererse cuando se siente que no es suficiente.
Pero va, de a un paso por vez. Se aleja despacito, de a un paso a la vez. Decide quererse, de un paso por vez. Sabe que al final del camino tal vez no haya nadie, pero va a encontrar la paz.
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