jueves, 4 de marzo de 2010

Palabras mudas

Y sí, el dolor me dejó muda, me quitó las palabras, la felicidad de escribir...
Posteo poco, lloro mucho, extraño mi vida pasada, mientras tanto intento encontrarle en sentido al presente.
Lo que más le reprocho a esta tristeza no son las horas de sueño de más o de menos, ni el terrible nudo en el pecho que siento hace 5 meses, ese que me ahoga, que de a ratos no me deja respirar con libertad. Lo que más le reprocho a esta tristeza es haber escondido mis palabras, mi facilidad para decir y contar cosas, es haber ocultado mis ganas de escribir, mis ganas de gritar a través de letras.
No me importa pasar horas sin pegar un ojo, ni las pesadillas, ni esos días que no quiero levantarme, ni lo que me cuesta respirar, ni las lágrimas. Ni siquiera hoy me importa él, ni el amor, ni un abrazo, ni la felicidad de tenerlo conmigo, ni la paz que sus ojos me daban. Nada de eso me importa. Hoy sólo quiero recuperar las palabras, para convertir el dolor en arte, para darle forma y sentido a este vacío, para poder decir que me duele, que me arde la herida como el primer día, que estoy aprendiendo a vivir sin él, pero que aun así lo extraño.
Y sí, me muero de dolor y de tristeza y el tiempo no me cura. Y lo oculto y me hago la fuerte y no se lo digo ni a él ni a nadie. Y lo sigo esperando a veces, necesito la tranquilidad que me daba su voz. Y no está. No está mi vida pasada, no está mi espacio a su lado, no existe mi vida planeada, nada existe esta vez.
"¿Hay vida después del amor?", me preguntaron hoy. Y sí, creo que sí, creo con todas las fuerzas que sí. Pero hoy no encuentro esa vida, está oculta junto con mis palabras. El día que recupere eso, tal vez encuentre de nuevo mi vida.
Hoy voy flotando a la deriva, buscando un camino, una señal, una alegría que me invite a vivir. No encuentro nada, veo el mundo negro, quiero gritar.
No puedo evitarlo, lo extraño. Y no, ya no va a volver conmigo. Casi medio año sin él. Y mi corazón que ya no puede más. Que no resiste, que está al borde del abismo, más muerto que vivo. Y necesito que al fin muera, para poder renacer. Pero la agonía es larga, la tristeza casi infinita.
Ya ni siquiera pido de vuelta a mi amor, ya ni siquiera pido que no duela. Sólo pido recuperar mis palabras para poder expresar cuánto duele.

*Ita*