lunes, 15 de enero de 2018

Corazones rotos


De un tiempo a esta parte, descubrí que la gente con el corazón roto tiene otra mirada y otros valores.
Quienes sintieron el corazón anestesiado de dolor suelen ser las personas más sensibles, menos hipócritas, más empáticas. Son las personas que menos juzgan y que más escuchan, las que menos se quejan y las que más ganan de vivir tienen.
Esa gente es la que aprende a valorar los momentos pequeños de la vida, los que pueden sentir felicidad en una cena en familia, en la risa de un niño, en un paseo. Los que entienden que la magia se esconde en la vida cotidiana.
Los demás, en cambio, andan por la vida quejándose por tonterías, juzgando a los que actúan diferente, enojándose todos los días un poco. ¡Y se pierden tanto!
Entonces me pregunto por qué es necesario caer a lo más hondo para valorar la vida. No sé, no logro entender de donde surge el poder de un corazón herido. Lo que si sé, es que esas personas de corazón roto son las que elijo hoy para caminar conmigo. Las prefiero entre el montón de gente, porque son capaces de ser amigos sinceros, de escuchar sin herir, porque tienen la capacidad de disfrutar el momento compartido.
A los demás, que van por el mundo lastimando amigos y familia, los que se enojan por nimiedades y no disfrutan ningún momento, los que se quedan clavados en lo que no tienen sin ver lo que realmente tienen, a todos esos, yo hoy elijo tenerlos lejos.

viernes, 5 de enero de 2018

Dualidades

El cielo y el infierno 
en el mismo lugar,
dos caras en una moneda
y esta lanza en la garganta...