viernes, 12 de diciembre de 2008

Tan cerca de ellos

Cuando este post quede marcado en mi blog yo estaré viviendo un gran fin de semana. El que no tiene ídolos jamás lo va a entender, nunca va a poder sentir esto que se siente hoy, esta alegría enorme de tenerlos cerca. El viernes voy a ver los primera vez a Los Fabulosos Cadillacs, esa banda que escucho desde chica, herencia de mis hermanos mayores. Nunca fui a verlos, era demasiado chica para ir a sus recitales. Cuando cumplieron 15 años yo tenía la misma edad que ellos y no me dejaron ir sola a Buenos Aires a verlos. Después se separaron y ya no hubo oportunidad de verlos en vivo sobre un escenario. Pero dicen que la vida da revancha y este 12 de diciembre será la mía. Ahí voy a estar en la vuelta de los Cadillcs, allá en mi amado Monumental. Tengo las entradas desde agosto, bien guardadas, y ya es tiempo de sacarlas. Ya llega la hora de cantar con ellos, ya llega la hora de verlos por primera vez, es hora de verlos regresar. Faltan apenas 4 días, sólo eso. Y eso no va a ser todo. Voy a volver a aquellos lugares que me traen los mejores recuerdos. Voy a volver a pararme en la Puerta del Gran Rex y recordar la que fui, la que ahí adentro soñó. Voy a recordar cada canción y las miles de horas esperando en el hall. Y voy a ir al centro de la Plaza de Mayo a ser la que fui a los 13 y la que fui a los 18. Y al Obelisco, y a la plaza que tanto me gusta y a la del Congreso y a la Peatonal. A todos esos lugares donde fui feliz, donde disfruté cuando era chica y también años más tarde. Y para completarla hoy siento a mis ídolos de la infancia, a los de siempre, más cerca que nunca. A ellos, que me enseñaron a levantarme antes cada dolor, a pensar que siempre las cosas pueden mejorar, a tener la esperanza de un mundo un poquito mejor. A ellos que me permitieron conocer grandes amigos, aunque sea a la distancia. El que no tiene ídolos jamás lo entenderá. Jamás entenderá la emoción que voy a sentir el domingo 14 cuando se acerquen las 17 horas. Muy parecida a aquella que se despertaba cuando faltaban minutos para llegar al Gran Rex. Gracias Cinthia, porque jamás creí posible esto. Gracias por darme la oportunidad de cumplir un sueño de siempre, aunque hoy ya sea grande. Gracias enorme. Pocas palabras pueden explicar esto. Fin de semana dedicado a mis ídolos de siempre, a ellos con los que canté, aquellos que con su música alegraron mis días, mis noches, mis salidas, mi vida. Días enormes, llenos de emoción, de alegría por tenerlos cerca. Gracias a ellos por volver y gracias a ella por ser como es. Y gracias a mi hermana, a Fer y a Noe por acompañarme en este sueño de estar cerca de ellos.

*Ita*

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