miércoles, 21 de octubre de 2009

Paz...

Creo que nadie nunca se dio cuenta. Eso demuestra lo poco que la gente me presta atención.
Mirandome a los ojos cualquiera puede darse cuenta que estoy triste. Pero hay otra forma más fácil. Siempre busco refugio en el mismo lugar.
Cada día que algo duele, cada vez que algo me inquieta, me asusta o me perturba, siempre corro en la misma dirección. Los escucho cantar.
Es raro que los escuche cuando estoy bien, porque en general busco otros rumbos. Ellos son mi refugio cuando el corazón no da más. A ellos los busco cuando necesito esperanzas.
Hace casi 15 años que voy hacia ellos cuando el dolor no me deja pensar, cuando la desesperanza me ataca, cuando siento que ya nada vale. Son ellos los que siempre tienen una canción justa para explicar lo que siento y otra para dar vuelta la historia.
Hoy más que nunca los busco, hoy cuando te extraño así me hacen falta, hoy cuando me estoy muriendo de amor son ellos los que me dan paz.
¿Y qué me importa que nadie lo entienda? ¿Y qué me importa que nadie se de cuenta? Me importa que están, que siempre están, que me salvan, me dan vida, que este poco de locura es lo que desde chica me revive en momentos difíciles.
Tal vez si nunca hubiesen llegado mi historia sería distinta. Tal vez mejor, tal vez peor. De lo que estoy segura, es de que me faltaría esa magia, esa que días como hoy hace que esté viva, que de a ratos me ría.
Hoy me muero de amor, hoy te amo más que nunca, hoy me hacés falta, hoy el dolor de no tenerte es enorme, hoy la esperanza de que vuelvas me lastima.
Pero son ellos, los de siempre, los de la niñez, los de la adolescencia, los de hoy, los que alivian mi pena y me llenan de paz.


* Ita *

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