domingo, 3 de febrero de 2008

Como no tener mala suerte y no morir en el intento

Al principio pensé que era casualidad, después se tornó algo… como decirlo… sospechoso… Pero al final se sintió rutinario. Y sí, estoy hablando de la mala suerte. Y para los que no creen, en este simple pero complejo par de palabras les voy a demostrar que si existe y cada día convive conmigo.
De alguna manera tiene relación con el posteo sobre la Ley de Murphy, pero aunque se asemejen son diferentes.
No voy relatar escenas de mi vida cotidiana donde se presenta la “mala suerte” pero voy a hacer referencia a algunos hechos que me hicieron creer en que realmente existe… Porque no es normal que cada vez que suba a un tren (subte) se rompa. Sí es normal una vez, dos es coincidencia, pero.. ¡prestar atención! La primera vez es Ley de Murphy, ¡la tercera es mala suerte! Ahí esta la diferencia, ¿me entienden?
Frente a intentos desesperados de organizar todo para que salga bien y por el contrario siempre hay un palo en la rueda, recurrimos al final a algo que nos proteja, algún “escudo” y aunque digamos “yo no creo en esas cosas” al final no nos queda otra que terminar con cábalas, amuletos y amuletitos.
Es cuando comenzamos a creer en amuletos donde se nos abre una ventana nueva de interpretación y todo suceso lo tomamos como “La señal”. Y caemos en la exageración, como por ejemplo, no querer salir de la casa cuando se nos cae una gotita de aceite al piso, salir corriendo cuando vemos una lechuza o quedarnos atónitos cuando nos dimos cuenta que nos alcanzaron el salero y lo pasaron de mano en mano, ¡dios mío! ¡Eso si es una tragedia! Y ni hablar de convivir y hacer una vida normal un martes o viernes 13, donde mas de uno saldría armado a la calle para matar todo gato negro que se cruce por delante y quemar toda escalera de albañil que interrumpa el paso en una vereda.
Por todo eso yo digo: ¡¡¡BASTA DE SUPERSTICIONES!!! (y es acá donde lamentablemente se relaciona con la Ley de Murphy) Si tenemos mala suerte es inevitable, algunos nacen con una estrella…otros estrellados. A los segundos, los estrellados que convivimos día a día con nuestra pizca de mala suerte, les digo que siento que al final hay una recompensa. Y como dije en otros posteos… no existe la plenitud total… pero…¡nunca esta mal volver a intentarlo!

*Noe*

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