domingo, 23 de diciembre de 2007

La noche del reencuentro


(Ita - Noe - Nahuel - Analía - Melisa y Nadia)

Éramos pocos, sí, pero eso no impidió que igual la pasaramos bien. De los 18 que habían confirmado que iban, sólo fuimos seis.
Nadia, con la noticia de que el año próximo se casa con su amor, ese que tanto nos nombró en la cena del año anterior. 26 de abril es la fecha. Tiene tanta alegría que contagia. Es feliz y se le nota, está completamente enamorada de su chico.
Meli, que trajo la noticia de un nuevo amor. Tiene novio, pero a diferencia de Nadia, habla mucho menos de él. Sin embargo también la vemos contenta. Melisa tiene una personalidad que a nosotros nos encanta. Es como una hippie del nuevo siglo, pura paz y querible como pocos.
Ana, que nos mostró una y mil fotos de su beba de un año y tres meses. Victoria, preciosa y chiquitita, es su nueva razón de vida. Analía, tan cambiada y tan igual a la vez, no se logra distinguir si es otra o es la misma de siempre. Parece ser la Ana de siempre pero vestida de mamá.
Nahuel, nuestro chico modelo. Nunca falta, nunca falla, siempre presente. Puede caerse el mundo, pero él siempre va a estar. Sin amores a la vista, esta vez no habló demasiado de su trabajo, que a nosotras nos llama la atención y nos divierte. ¿Quién podía imaginarse a Nahuel modelo? Quienes lo tengan de amigo, se llevan un tesoro.
¿De Noe que puedo decir? No hay novedades de ella, porque la veo todos los días y si no la veo, igual estamos comunicadas. Para los demás, fue bueno saber que tuvo un buen año en Buenos Aires. Para mí, fue bueno tenerla para compartir un día más.
El Chelo se olvidó, pero cayó a saludar cuando ya nos estábamos yendo. Vale la intención. La buena intención que no tuvieron otros al no saludar, al dar vuelta la cara (pero ese es otro tema que ni vale la pena tocar).
Y yo, que de mi vida personal sólo nombré a mis sobrinos, porque no tengo ganas de contar mucho más. Y me divertí como hace tiempo no hacía, me reí y no paré de hablar. O no hablo o hablo hasta por los codos. Ayer no paré.
Tenía ganas de salir, pero al final la noche nos llevó hasta otro lugar a tomar algún trago con Noe, Ana, el novio de Ana y una sobrina de él. Parecía que la noche iba a decaer, pero no. Fue igual de buena.
Éramos pocos, volvimos temprano, pero fue una buena noche. Fue lindo verlos, conocer nuevas noticias. Ya vendrá otro año donde seremos los mismos de siempre. Y pueden estar seguros que igual me voy a divertir.
Los quiero chicos.

*Ita* (sin ganas de ser emotiva, jaja)

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