viernes, 9 de mayo de 2008

Me divorcié de River Plate

Hoy podría escribir como periodista o puedo hacerlo como hincha. La forma de expresión sería completamente distinta, cambiarían las palabras, entraría o no en juego el sentimiento. Pero las lágrimas derramadas anoche me dicen que hoy debo plasmar mi mirada de hincha millonaria.
El dolor es grande. Quienes sientan amor por una camiseta sabrán entender. Es triste quedar eliminado de la Copa. Pero no es eso lo peor. Como simpatizante de River, estamos más que acostumbrados a quedar fuera de la Libertadores o de cualquier Copa de leche que nos saque de Argentina. Entonces lo que lastima tanto el alma no es eso. Lo que deja marca es ver a un equipo que no deja nada, que no pone huevos, que no tiene las ganas suficientes para ganar. Cuando en lo futbolístico no se encuentra el rumbo, hay que salir a pelearla desde el alma y River no lo hizo. Sí San Lorenzo y por eso están en cuartos.
River quedó eliminado ayer en octavos de final frente al equipo que dirije Ramón Díaz. Empató 2 a 2 en el Monumental, pero venía de perder 1-2 en cancha de ellos la semana anterior. El equipo de Simeone tenía dos jugadores más tras las expulsiones de Diego Rivero y Jonathan Bottinelli. Dos hombres más que no supo aprovechar.
Lo que duele no es la eliminación, sino la forma en que se produjo. Ir ganando 2 a 0, con dos jugadores más, con la clasificación casi en el bolsillo y dejarla escapar de esa manera no tiene perdón. Los goles de Matías Abelairas y Sebastián Abreu quedaron en el olvido. De nada sirve en River tener todas las ventajas porque cada vez que tiene que defenderlas, juega el peor partido.
Y sí, duele hasta las lágrimas quedarse afuera de tal forma. Lastima ver que tus jugadores no tienen sangre en las venas. Es terrible ver como River no logra despertarse y cada vez se embarra más. Ya no parece el más grande. Ya no es el más grande.
No puedo no felicitar a San Lorenzo por la actitud, la que tuvieron que nos hubiese gustado ver en nuestro equipo. Así se juega, cuando con la pelota las cosas no funcionan, se juega con la cabeza y el corazón. Ellos no se dieron por vencidos ni siquiera cuando nadie daba nada por su triunfo. Y ahí están ocupando el lugar que nos hubiese gustado tener. Están en cuartos de final de la Copa Libertadores, dirigidos por el técnico más ganador de la historia de nuestro club, que ahora puede llegar a ser historia en otro.
Anoche me divorcié de River. Miles de veces, cuando pasan estas cosas, intenté hacerme hincha de Olimpo de Bahía. Pero no me sale. No se puede dejar de querer algo en un día y cambiarlo por otra cosa. Por eso decidí simplemente divorciarme. Cuando uno se separa, siempre queda la nostalgia de los buenos tiempos, los recuerdos de las alegrías compartidas. Donde hubo fuego, cenizas quedan. Por lo tanto todavía hay esperanzas de volver a River. Por ahora, estamos separados, tratando de pasar el momento de dolor, tomandonos un tiempo después de tantas decepciones. Les confieso que todavía quiero a River, aunque estoy muy enojada. Quién sabe..., tal vez pronto vuelva a ser una hincha más...

Les dejo el link para que lean a Leo Farinella, un periodista bien hincha de River que lo sufre como yo:
Fue la peor humillación

*Ita*

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