domingo, 13 de noviembre de 2011

Aprender...


Nuevo diseño de mi blog, tal vez para acompañar el nuevo diseño de mi vida.
Cada vez escribo menos y cada vez lo necesito más. Miles de sensaciones se mezclan en mi cuerpo, se esconden ahí y no las dejo salir. Me hace falta poner en palabras todo eso.
Pasé días feos, muy feos. Días oscuros, donde el derrumbe de mi vida me dejó atrapada en medio de la nada. Nada. Eso me sentía yo. Eso era lo que valía mi vida, mi historia, mi amor. Todo era nada. Pero todo el dolor nunca dejó de estar mezclado con un poquito de ganas de salir adelante, de volver a vivir. Y en el duro camino hacia el olvido aprendí mucho y, sobre todo, que yo valgo.
Hay días en que soy feliz con muy poco, que me emociona un día de sol o una tarde compartida con la gente que quiero. Hay días donde no creo en el amor y días en que tengo la esperanza de que sea real y haya en algún lado alguien para mí. Hay días donde siento el corazón latir y otros donde quiero callarlo porque el amor a mí siempre me duele. Hay días en que siento que voy por el camino correcto y días donde me reprocho los errores del pasado. Hay días en que duele la soledad. Y duele mucho, lastima profundo, trae de lejos recuerdos que hieren y son como un puñal. Pero hoy soy fuerte y puedo hacerle frente a todo eso, levantarme al otro día sin rastros de las lágrimas y enfrentar la vida otra vez.
En el camino aprendí que nadie puede decirme quien tengo que ser, que si me quieren, que me quieran como soy y sino, mejor que estén lejos. Aprendí que hay que valorar cada segundo, porque las cosas pueden no volver. Que no hay que desperdiciar en pelear el tiempo que uno puede usar para amar. Que no voy a volver a llorar por pequeñeces, porque ya nada puede ser peor que lo que fue. Aprendí que estar sola a veces puede angustiarme, pero que mucho peor es sentirme sola estando acompañada. Entendí que no va a volver a pasar que alguien me pregunte quien soy y yo me quede callada, porque soy una y soy muchas, porque todo lo que amo y lo que no amo me define. Aprendí que es cierto que el tiempo cura, pero que es uno mismo quien tiene que ayudar al tiempo. Entendí que el amor no dura para siempre, pero que cuesta desprenderme de esa mirada que me amó. Descubrí que pasado un tiempo ya no extraño a la gente que no está, pero sí la felicidad que me hacían sentir. Me di cuenta que el periodismo me volvió curiosa y que no es un defecto, porque la mayoría de la gente necesita que la escuchen. Y que tampoco es un defecto ser sincera, no parecerme a los demás ni querer ser como ellos. Soy rara pero mis defectos son la gran timidez que me paraliza, querer tener siempre la razón y no aceptar que me digan qué hacer.
Sé que me queda mucho camino por recorrer, que a veces todavía lastima el pasado, pero que las cosas se van encaminando y tal vez pueda ser algo de lo que soñé ser. Y si no soy la que soñé, seré esta que soy hoy, que tampoco está tan mal.
Hoy renuevo este blog como se renuevan mis proyectos y mis sueños. Necesito volver a escribir, ojalá este blog me pueda ver cambiar.

*Ita*

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